Aceptemos el reto y la invitación que Encarnación Ferré nos propone: vamos a hacer teatro. Y vamos a hacerlo dentro del mundo educativo.
A quienes somos docentes no tienen que explicarnos todos los aspectos positivos que supone llevar a cabo una experiencia teatral con alumnos. Hemos podido comprobar cómo muchos de ellos aprenden a sobreponerse al pánico escénico para ganar seguridad en sí mismos.
Saber que el texto que se ha sido capaz de memorizar es importante, inspira confianza para exponerlo alto y claro, combinándolo con una adecuada expresión corporal.
El gran interés del trabajo que Encarnación nos ofrece es facilitar a los jóvenes un acercamiento a las grandes obras, recreadas para que puedan ser integradas en nuestro mundo actual. Ha realizado en todas ellas una extraordinaria adaptación que permite que un equipo no profesional encuentre un camino allanado.
Sin duda la tarea no ha sido fácil. Retocar esos textos consagrados y respetuosamente simplificarlos de forma que no pierdan su grandiosidad y su esencia, requiere muchas horas de trabajo y la sensibilidad de un artista.
El resultado supone ofrecer a nuestros alumnos el privilegio de poder acceder y representar a los clásicos griegos y latinos, a Cervantes, Calderón, Racine, Schiller, Chéjov o Pirandello, entre otros.
Cuando los jóvenes den el paso de acercarse a estos grandes maestros, descubrirán en ellos mismos un gran potencial dispuesto a aflorar. Constatarán que son capaces de expresarse con una dicción correcta ante un público que les escucha y al que transmiten un mensaje profundo, escrito en otras épocas de la historia por quienes son respetados como grandes artistas y pensadores de su tiempo.
Una vez vencidas todas las barreras psicológicas y cuando estos jóvenes apasionados den el sí para acceder a formar parte de una troupe de teatro, comenzará para ellos una maravillosa aventura. Descubrirán lo que es hacer un paréntesis en sus vidas para meterse en la piel de un personaje. Sintonizarán con él y se enriquecerán con todo lo que él les transmita.
Indudablemente el objetivo de este trabajo es educativo, en su más amplia acepción, y para diversas áreas curriculares, pero también potencia en gran medida muchos recursos ocultos de nuestros alumnos que gracias a esta actividad van a aflorar para aportarles confianza en sí mismos y permitirles disfrutar y vivir momentos muy especiales que nunca olvidarán.
No quiero acabar estas líneas sin manifestar mi profunda admiración por esos seres especiales que son los profesores capaces de contagiar entusiasmo a sus alumnos, entre los que sin duda se encuentra Encarnación Ferré, abnegados trabajadores sin reloj que abren de par en par las ventanas de la sabiduría por las que entra a raudales la luz que ilumina los ilusionados rostros de nuestros alumnos y enriquece indeleblemente sus mentes.
Montserrat Martínez Reus
GOBIERNO DE ARAGÓN
Directora Servicio Provincial (Zaragoza)
Departamento de Educación, Universidad, Cultura y Deporte